Dos mujeres
al servicio de Dios
Lidia
Hechos 16:14
Lidia,
prosélita judía, vendedora de púrpura en Tiatira, y seguidora de Dios en
Filipos, solía ir a orar a la ribera del río. Fue allí que Pablo y sus
compañeros la
hallaron. Oyente asidua, abrió el corazón al Señor (Hechos
16:14). Ella y los suyos creyeron y fueron bautizados convirtiéndose en los
primeros frutos de Pablo en Europa. Ansiosa de mostrar su gratitud, alojó a los
apóstoles en su casa de Filipos después que fueron encarcelados (Hechos 16:15).
El nombre Lidia, común en mujeres en aquel tiempo, quizás se haya derivado del
distrito geográfico de Lidia. Sabemos que después de aquella primera
conversión, nació allí una iglesia; Lidia se convirtió en clave de una nueva
forma de vida para Filipos y para Europa.
Débora
Jueces 4,5
Su historia
muestra que no tenía ambición de poder. Ella quería servir a Dios. Ante
cualquier reconocimiento, el crédito se lo daba a Dios. No negaba ni se
resistía a su posición en la cultura como mujer y como esposa, pero tampoco
nunca permitió que esto la
estorbara. Su historia muestra que Dios puede realizar
grandes cosas a través de personas que están dispuestas a ser guiadas por Él.
La vida de
Débora nos presenta un reto en varias formas. Nos recuerda la necesidad de
estar disponibles tanto para Dios como para los demás. Nos alienta a hacer el
máximo esfuerzo en lo que podemos hacer en lugar de preocuparnos por lo que no
podemos hacer. Débora nos reta a ser líderes sabios. Nos muestra lo que una
persona puede lograr cuando Dios tiene el control. El discernimiento y la
confianza que Dios le otorgó a esta mujer la colocaron en una posición única en
el Antiguo Testamento. Débora se encuentra entre las mujeres más sobresalientes
de la historia.
muy buena descripción de estas mujeres breve y concisa, adelante , y Dios les bendiga
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